África, continente conocido por su rica biodiversidad y patrimonio cultural, está en primera línea de la batalla contra el cambio climático. A pesar de ser el continente que menos contribuye a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, África se ve afectada de forma desproporcionada por los efectos del cambio climático, sobre todo en sus Estados frágiles y afectados por conflictos. . Este artículo profundiza en las razones de la vulnerabilidad de África al cambio climático y explora posibles soluciones para mitigar sus efectos.
El enigma del cambio climático
El cambio climático supone una grave amenaza para los países africanos, especialmente para los Estados frágiles y afectados por conflictos. Estos Estados sufren más inundaciones, sequías, tormentas y otras perturbaciones relacionadas con el clima que otros países, a pesar de ser los que menos contribuyen al cambio climático. .
La situación geográfica de estos Estados, a menudo en las zonas más cálidas del planeta, combinada con los conflictos, la dependencia de la agricultura de secano y la menor capacidad para gestionar los riesgos, agrava los efectos perjudiciales de los fenómenos climáticos. Por ejemplo, en Somalia, las zonas más gravemente afectadas por la inseguridad alimentaria y el hambre debido a la prolongada sequía estaban bajo el control de grupos terroristas, lo que dificultaba la entrega de ayuda humanitaria .
Además, el cambio climático agrava las fragilidades subyacentes, como los conflictos y el hambre, exacerbando aún más su efecto sobre la economía y el bienestar de las personas. En un escenario de emisiones elevadas, la proporción de muertes por conflictos en la población podría aumentar cerca de un 10% en los países frágiles de aquí a 2060. El cambio climático también podría empujar al hambre a otros 50 millones de personas en los Estados frágiles de aquí a 2060.
El dilema de la agricultura
La agricultura, un sector económico importante en los Estados frágiles, es especialmente vulnerable al cambio climático. Cerca de una cuarta parte de la producción económica de los Estados frágiles procede de la agricultura, pero sólo el 3% de las zonas cultivadas se riegan con canales, embalses y similares.
Las explotaciones de secano son especialmente vulnerables a sequías e inundaciones. Cuando existen infraestructuras de regadío, suelen estar mal diseñadas, abandonadas a su suerte o dañadas por los conflictos. Por ejemplo, en el centro de Malí, las inundaciones a lo largo del río Níger se deben en parte a que los agricultores huyen de los combates y a que las zanjas de drenaje están en mal estado.
El camino a seguir
A pesar de los desafíos, existen soluciones potenciales para mitigar los impactos del cambio climático en África. Los responsables políticos de estos países deben facilitar una respuesta inmediata a las perturbaciones climáticas, como la creación de amortiguadores a través de más ingresos nacionales, la reducción de la deuda pública y los déficits, y el aumento de las reservas internacionales.
El refuerzo de las redes de seguridad social y el aprovechamiento de los regímenes de seguros también son fundamentales para financiar la recuperación en caso de catástrofes. Además, los países frágiles tienen que aplicar políticas para aumentar la resiliencia climática a lo largo del tiempo, incluida la ampliación de las inversiones en infraestructuras resistentes al clima.
Los socios internacionales para el desarrollo pueden proporcionar un apoyo considerable y sostenido, tanto financiación en condiciones favorables como desarrollo de capacidades, para evitar el empeoramiento del hambre y los conflictos que pueden alimentar los desplazamientos forzosos y la migración.
PREGUNTAS FRECUENTES
- ¿Por qué África es especialmente vulnerable al cambio climático?
África es especialmente vulnerable al cambio climático debido a una combinación de factores geográficos, económicos y políticos. Muchos países africanos están situados en las zonas más cálidas del planeta, lo que los hace más susceptibles a fenómenos meteorológicos extremos. Además, muchas economías africanas dependen en gran medida de la agricultura de secano, muy vulnerable a la variabilidad climática. La inestabilidad política y los conflictos en algunas regiones también socavan la capacidad de estos Estados para gestionar los riesgos climáticos. - ¿Cómo afecta el cambio climático a la agricultura en África?
El cambio climático afecta a la agricultura africana de varias maneras. Los cambios en los patrones de temperatura y precipitaciones pueden provocar sequías e inundaciones, que pueden devastar los cultivos. Además, muchos agricultores africanos dependen de la agricultura de secano, lo que les hace especialmente vulnerables a los cambios en los regímenes de precipitaciones. Cuando existen infraestructuras de regadío, suelen estar mal mantenidas o dañadas por los conflictos. - ¿Qué se puede hacer para mitigar los efectos del cambio climático en África?
La mitigación de los efectos del cambio climático en África requiere un enfoque polifacético. Esto incluye la aplicación de políticas para aumentar la resiliencia climática, como el aumento de las inversiones en infraestructuras resistentes al clima y el fortalecimiento de las redes de seguridad social. Además, los socios internacionales para el desarrollo pueden proporcionar ayuda financiera y desarrollo de capacidades para apoyar estos esfuerzos.
Glosario
Cambio climático: Cambio a largo plazo en los patrones meteorológicos medios que han llegado a definir los climas locales, regionales y globales de la Tierra.
Estados frágiles: Naciones que se caracterizan por una capacidad estatal débil o una legitimidad estatal débil que deja a sus ciudadanos vulnerables ante una serie de perturbaciones.
Agricultura de secano: Prácticas agrícolas que dependen de la lluvia para obtener agua.
Resiliencia climática: La capacidad de un sistema socioecológico para: (1) absorber tensiones y mantener su funcionamiento frente a las tensiones externas que le impone el cambio climático y (2) adaptarse, reorganizarse y evolucionar hacia configuraciones más deseables que mejoren la sostenibilidad del sistema, dejándolo mejor preparado para futuros impactos del cambio climático.