Eswatini, un pequeño estado africano enclavado entre Sudáfrica y Mozambique, enfrenta uno de los mayores desafíos de salud pública del mundo: la prevalencia del VIH. Con una población de aproximadamente 1.148.130 habitantes, Eswatini tiene la tasa más alta de VIH a nivel mundial, con un 27% de su población viviendo con el virus.
Desde el primer caso reportado en 1986, la epidemia ha crecido de manera alarmante. En 2021, cerca de 220,000 adultos y niños en Eswatini vivían con VIH. Este número representa un aumento del 5% en comparación con los datos del año 2000. La situación es particularmente grave entre los trabajadores sexuales, donde la prevalencia alcanza el 60%, y en la población homosexual, con una prevalencia del 27%.
A pesar de estos desafíos, Eswatini ha logrado avances significativos en la lucha contra el VIH. Es el primer país africano en cumplir con los objetivos de la ONU en materia de VIH, lo que incluye la meta 95-95-95: que el 95% de las personas con VIH conozcan su estado, el 95% de las personas diagnosticadas reciban tratamiento antirretroviral y el 95% de las personas en tratamiento logren la supresión viral.
Estos logros son el resultado de una combinación de esfuerzos gubernamentales, apoyo internacional y la resiliencia de la comunidad. La accesibilidad al tratamiento ha sido crucial, permitiendo a muchas personas vivir vidas más largas y saludables. Sin embargo, la lucha está lejos de terminar, y Eswatini continúa trabajando para reducir la incidencia del VIH y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.