África Occidental y Central, una región compuesta por 24 países, ha experimentado un crecimiento demográfico significativo en los últimos 50 años, con una población que se ha cuadruplicado. En esta vasta y diversa área, más del 80% de la población se dedica a la agricultura, lo que subraya la importancia de este sector para la economía local.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) ha trabajado en esta región durante más de cuatro décadas, enfrentando desafíos culturales y lingüísticos para ayudar a las comunidades rurales a salir de la pobreza y prosperar. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. El FIDA hace un llamado a aumentar las inversiones en las poblaciones rurales, quienes son clave para un futuro resiliente.
La juventud, a pesar de ser un recurso valioso, enfrenta marginación en toda la región. Incrementar las inversiones podría mejorar su acceso a la educación, formación profesional y empleos decentes, lo que contribuiría significativamente al desarrollo regional. Además, el crecimiento de la clase media ha aumentado la demanda de alimentos, y los pequeños productores locales tienen el potencial de satisfacer esta demanda si reciben las inversiones y herramientas necesarias.
El uso de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes y tecnologías verdes puede aumentar la productividad de manera sostenible. Desde 2019, el FIDA ha atraído más de 340 millones de dólares en financiación climática para aumentar la resiliencia frente al cambio climático y maximizar el potencial de la región.
Las oportunidades comerciales en la región son vastas pero en gran medida no explotadas. Impulsar el comercio agrícola regional puede crear empleos para mujeres y jóvenes, aumentar los ingresos y mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. La inversión en estas áreas no solo beneficiará a las comunidades rurales, sino que también contribuirá al desarrollo económico sostenible de África Occidental y Central.